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TODA LA DOCUMENTACIÓN SOBRE EL TEMA DE LOS DEFENSORES DE DERECHOS HUMANOS SE ENCUENTRA EN ESTA DIRECCIÓN WEB:
http://ap.ohchr.org/documents/dpage_s.aspx?m=70 I. SOBRE LOS DEFENSORES DE LOS DERECHOS HUMANOS
Se usa la expresión “defensor de los derechos
humanos” para describir a la persona que, individualmente o junto con
otras, se esfuerza en promover o proteger esos derechos. Se les conoce
sobre todo por lo que hacen, y la mejor forma de explicar lo que son
consiste en describir sus actividades (véase la sección A infra) y algunos de los contextos en que actúan (véase la sección B infra)1. Los ejemplos que se ofrecen de las actividades de los defensores de derechos humanos no constituyen una lista exhaustiva.
A. ¿Qué hacen los defensores de los derechos humanos?
1. Todos los derechos humanos para todos
La persona que actúe en favor de un derecho (o
varios derechos) humano(s) de un individuo o un grupo será un defensor
de los derechos humanos. Estas personas se esfuerzan en promover y
proteger los derechos civiles y políticos y en lograr la promoción, la
protección y el disfrute de los derechos económicos, sociales y
culturales. Los defensores abordan cualesquiera problemas de derechos
humanos, que pueden comprender desde las ejecuciones sumarias hasta la
tortura, la detención y prisión arbitrarias, la mutilación genital de
las mujeres, la discriminación, las cuestiones laborales, las
expulsiones forzadas, el acceso a la atención sanitaria o los desechos
tóxicos y su impacto en el medio ambiente.
Los defensores actúan en favor de derechos
humanos tan diversos como el derecho a la vida, la alimentación y el
agua, el nivel más alto posible de salud, una vivienda adecuada, un
nombre y una nacionalidad, la educación, la libertad de circulación y la
no discriminación. Algunas veces defienden los derechos de categorías
de personas, por ejemplo, los derechos de la mujer, el niño, los
indígenas, los refugiados y desplazados internos, y de minorías
nacionales, lingüísticas o sexuales. Se ha extendido el empleo de la
expresión “defensor de los derechos humanos” a raíz de la aprobación de
la Declaración sobre los defensores de los derechos humanos en 1998.
Hasta entonces, términos como el de “activista”, “profesional”, “agente”
o “supervisor” de los derechos humanos habían sido los más comunes. Se
considera que la expresión “defensor de los derechos humanos” es más
pertinente y útil.
2. Los derechos humanos en todas partes
Los defensores de los derechos humanos actúan
en todas las partes del mundo: tanto en los Estados que están divididos
por conflictos armados internos como en los que son estables; en los no
democráticos y en los que el ejercicio de la democracia está firmemente
asentado; en los que económicamente están en desarrollo y los
clasificados como países desarrollados. Se esfuerzan en promover y
proteger los derechos humanos en el contexto de diversos problemas, en
particular el VIH/SIDA, el desarrollo, la migración, las políticas de
ajuste estructural y la transición política.
3. Una acción en el plano internacional, regional, nacional y local
La mayoría de los defensores de los derechos
humanos desarrollan su actividad en el plano nacional o local, en
defensa del respeto de esos derechos en sus propias comunidades y
países. En esas situaciones, sus principales homólogos son las
autoridades locales encargadas de garantizar el respeto de los derechos
humanos en una provincia o el país en su conjunto. Sin embargo, algunos
defensores actúan en el plano internacional o regional. Por ejemplo,
pueden supervisar una situación regional o mundial en materia de
derechos humanos y remitir información a mecanismos regionales o
internacionales, incluidos los relatores especiales de la Comisión de
Derechos Humanos y los órganos creados en virtud de tratados de las
Naciones Unidas2.
Su labor es cada vez más variada: se concede atención prioritaria a las
cuestiones de los derechos humanos en el plano nacional y local, pero
mantienen contactos con los mecanismos internacionales y regionales que
puedan ayudarles a mejorar la situación en sus países.
4. Reunión y difusión de información sobre violaciones de los derechos humanos
Los defensores de los derechos humanos
investigan casos de vulneración de esos derechos, reúnen información
sobre ellos y presentan informes al respecto. Por ejemplo, pueden
aplicar estrategias de presión para que sus informes lleguen a la
opinión pública en general y a determinados funcionarios políticos y
judiciales a fin de que se tenga en cuenta su labor de investigación y
se examinen dichas violaciones. Lo más frecuente es que esa labor se
lleve a cabo por conducto de las organizaciones de derechos humanos, que
publican informes periódicos sobre sus conclusiones. Sin embargo,
también puede reunir y difundir información un individuo que se
concentre en un caso concreto.
5. Apoyo a las víctimas de violaciones de los derechos humanos
Cabe decir que una gran proporción de las
actividades de las actividades de los defensores consiste en medidas de
apoyo a las víctimas de violaciones de derechos humanos. El hecho de
investigar y hacer públicos esos delitos puede contribuir a ponerles
fin, evitar que se repitan y ayudar a las víctimas a llevar sus casos
ante los tribunales. Algunos defensores prestan asistencia letrada
profesional y representan a las víctimas en los procesos. Otros ofrecen
asesoramiento y apoyo a efectos de rehabilitación.
6. Medidas para garantizar la rendición de cuentas y el fin de la impunidad
La actividad de muchos defensores tiene por
objeto lograr que se rinda cuentas de la observancia de las normas
relativas a los derechos humanos. En términos generales, esta labor
puede consistir en ejercer presión sobre las autoridades y promover la
realización de mayores esfuerzos por parte del Estado para cumplir las
obligaciones internacionales en materia de derechos humanos que ha
contraído al ratificar tratados internacionales. En casos más concretos,
la importancia atribuida a la rendición de cuentas puede suponer que
los defensores denuncien, bien sea en un medio público (por ejemplo, un
periódico) o ante un tribunal, violaciones de derechos humanos que ya se
han producido.
De esta manera contribuyen a que se haga
justicia a las víctimas y a acabar con las pautas de impunidad, evitando
así violaciones futuras. Un gran número de defensores, a menudo por
conducto de organizaciones establecidas al efecto, concentran sus
esfuerzos exclusivamente en poner fin a la impunidad. Los mismos grupos
de defensores también podrían promover el fortalecimiento de la
capacidad del Estado para enjuiciar a los autores de violaciones, por
ejemplo impartiendo capacitación en materia de derechos humanos a los
fiscales, los jueces y la policía.
7. Apoyo a una política de gestión pública y de gobierno más eficaz
Algunos defensores tratan de lograr que el
gobierno cumpla las obligaciones que le incumben en materia de derechos
humanos, por ejemplo publicando información sobre su historial con
respecto a la aplicación de las normas en esta esfera y haciendo un
seguimiento de los progresos realizados. Otros defensores conceden
prioridad a una buena gestión de los asuntos públicos, promoviendo la
democratización y el fin de la corrupción y el abuso de poder y
explicando a la población cómo ejercer su derecho de voto y las razones
por las que es importante participar en las elecciones.
8. Contribuir a la aplicación de los tratados de derechos humanos
Los defensores pueden aportar una importante
contribución, especialmente por conducto de sus organizaciones, a la
aplicación efectiva de los tratados internacionales de derechos humanos.
Muchas organizaciones no gubernamentales e intergubernamentales
participan en la ejecución de proyectos de vivienda, de salud y de
generación de ingresos sostenibles en favor de las comunidades pobres y
marginales. Imparten capacitación básica y proporcionan equipo, por
ejemplo computadoras, para facilitar el acceso de las comunidades a la
información. Este grupo merece especial atención ya que no siempre se
considera a sus miembros defensores de los derechos humanos, y ellos
mismos pueden no utilizar la expresión “derechos humanos” al describir
su trabajo, prefiriendo emplear términos como “salud”, “vivienda” o
“desarrollo” para definir su esfera de actividad. En efecto, muchas de
estas actividades de apoyo a los derechos humanos se describen, en
términos generales, como acción pro desarrollo.
Muchas ONG y órganos de las Naciones Unidas
entran dentro de estas categorías. Su trabajo, como gran parte del que
realizan otros defensores, tiene una importancia decisiva para lograr el
respeto, la protección y la observancia de las normas relativas a los
derechos humanos, y necesitan y merecen la protección que la Declaración
sobre los defensores de los derechos humanos brinda a sus actividades.
9. Educación y capacitación en materia de derechos humanos
Cabe destacar también la labor educativa que
desarrollan los defensores. En algunos casos, consiste en enseñar a
aplicar las normas de derechos humanos en el contexto de una actividad
profesional, por ejemplo por magistrados, abogados, policías, soldados o
supervisores de los derechos humanos. En otros casos, la educación
puede ser más amplia y desarrollarse en las escuelas y universidades o
mediante la difusión de información sobre la normativa vigente entre la
población en general o grupos vulnerables.
En resumen, la labor de los defensores de los
derechos humanos a menudo consiste en reunir y difundir información,
llevar a cabo una actividad de promoción y movilizar a la opinión
pública. Sin embargo, conforme se indica en esta sección, también pueden
proporcionar información para potenciar o capacitar a otras personas.
Participan activamente en la facilitación de los medios materiales
necesarios para hacer realidad los derechos humanos –construyendo
viviendas, suministrando alimentos, reforzando el desarrollo, etc. Se
esfuerzan en conseguir una transformación democrática que suponga una
mayor participación de la población en la adopción de las decisiones que
conforman sus vidas y una mejor gestión de los asuntos públicos.
También contribuyen a mejorar las condiciones sociales, políticas y
económicas, a reducir las tensiones sociales y políticas, a consolidar
la paz a nivel nacional e internacional y a promover la toma de
conciencia con respecto a los derechos humanos en el plano nacional e
internacional.
B. ¿Quién puede ser defensor de los derechos humanos?
No existe una definición concreta de quién es o
puede ser defensor de los derechos humanos. En la Declaración sobre los
defensores de los derechos humanos (véase el anexo I) se hace
referencia a “los individuos, los grupos y las instituciones [que
contribuyen] a la eliminación efectiva de todas las violaciones de los
derechos humanos y las libertades fundamentales de los pueblos y los
individuos” (cuarto párrafo del preámbulo). De acuerdo con esta
definición general, pueden ser defensores cualesquiera personas o grupos
de personas que se esfuercen en promover los derechos humanos, desde
organizaciones intergubernamentales asentadas en las mayores ciudades
del mundo hasta individuos que trabajan en sus comunidades locales. Los
defensores pueden ser de cualquier género, tener distintas edades,
proceder de cualquier parte del mundo y tener cualesquiera antecedentes
profesionales o de otro tipo. Es importante observar, en particular, que
los defensores de los derechos humanos no sólo desarrollan su actividad
en ONG y organizaciones intergubernamentales, sino que, en algunos
casos, también pueden ser empleados del Estado, funcionarios públicos o
miembros del sector privado.
1. La defensa de los derechos humanos en el marco de las actividades profesionales, sean remuneradas o voluntarias
Los defensores más evidentes son aquellos cuya
actividad cotidiana consiste concretamente en promover y proteger los
derechos humanos, por ejemplo los supervisores en esta materia que
trabajan en organizaciones nacionales de derechos humanos, los
mediadores o los abogados especializados en esos asuntos. Sin embargo,
lo que más caracteriza a un defensor de los derechos humanos no es su
título o el nombre de la organización para la que trabaja sino el
carácter de la actividad que desarrolla. No es fundamental que la
persona de que se trate sea conocida como “activista de los derechos
humanos” o que trabaje en una organización cuyo nombre incluya las
palabras “derechos humanos” para que pueda calificarse de defensora de
los derechos humanos. Muchos funcionarios de las Naciones Unidas actúan
como tales defensores a pesar de que su trabajo cotidiano se lleve a
cabo en otra esfera, por ejemplo el “desarrollo”.
Asimismo, el personal nacional e internacional
de ONG de todo el mundo que se dedica a asuntos humanitarios
normalmente puede considerarse defensores de los derechos humanos. Cabe
decir lo mismo de las personas que realizan una labor de educación de
las comunidades en relación con el VIH/SIDA, los defensores de los
derechos de los pueblos indígenas, los ecologistas y los voluntarios del
desarrollo, los cuales desempeñan una función decisiva de defensores de
los derechos humanos. En el desempeño de su actividad profesional,
muchas personas actúan como defensoras de los derechos humanos y son
remuneradas por ello. Sin embargo, muchas otras personas hacen lo mismo
con carácter voluntario, sin recibir remuneración alguna. Las
organizaciones de derechos humanos por lo general tienen recursos muy
limitados, por lo que el trabajo de los voluntarios es inapreciable.
Muchas actividades profesionales no siempre
suponen un trabajo en favor de los derechos humanos, pero pueden tener
una vinculación ocasional con ellos. Por ejemplo, los abogados
mercantilistas pueden no ocuparse a menudo de cuestiones de derechos
humanos y, por lo tanto, no pueden considerarse sus defensores. Sin
embargo, pueden actuar como tales al ocuparse de algunos casos, en cuyo
marco contribuyen a promover o proteger esos derechos. Asimismo, los
dirigentes sindicales desempeñan muy diversas tareas, muchas de las
cuales no tienen relación alguna con esos derechos, pero cuando se
esfuerzan concretamente en promover o proteger los derechos humanos de
los trabajadores entonces sí pueden calificarse de defensores de los
derechos humanos.
Del mismo modo, los periodistas cumplen el
amplio mandato de reunir información y difundirla públicamente por medio
de la prensa, la radio o la televisión. En el desempeño de su función,
no son defensores de los derechos humanos. No obstante, muchos
periodistas actúan como tales cuando, por ejemplo, informan de abusos y
actos que han presenciado. Los maestros que enseñan a sus alumnos los
principios básicos de los derechos humanos cumplen una función análoga.
Los médicos y otros profesionales de la medicina que tratan y curan a
víctimas de violaciones de los derechos humanos también pueden
considerarse defensores en esta materia en el contexto de ese trabajo; y
los médicos tienen obligaciones especiales en virtud del juramento
hipocrático.
Las personas que contribuyen a que se haga
justicia (magistrados, policías, abogados y otros agentes) a menudo
deben desempeñar una función especial y pueden ser objeto de fuertes
presiones para que adopten decisiones favorables al Estado u otros
intereses poderosos, por ejemplo los jefes de organizaciones delictivas.
Cuando esas personas realizan un esfuerzo especial en un proceso para
que se imparta justicia de manera independiente e imparcial y garantizar
así los derechos de las víctimas, puede decirse que actúan como
defensores de los derechos humanos.
También puede calificarse de “esfuerzo
especial” el que se realiza en otras profesiones o formas de empleo que
no tienen una relación manifiesta con los derechos humanos. Los
individuos empleados en esos trabajos algunas veces pueden decidir
llevarlo a cabo de manera que suponga un apoyo concreto a los derechos
humanos. Por ejemplo, algunos arquitectos hacen sus proyectos teniendo
en cuenta determinados derechos humanos, por ejemplo el derecho a una
vivienda adecuada (temporal) de las personas que trabajen en el
proyecto, o los derechos de los niños a ser consultados con respecto al
diseño, si el edificio tiene particular importancia para ellos.
2. La defensa de los derechos humanos en un contexto no profesional
Muchas personas actúan como defensoras de los
derechos humanos fuera de todo contexto profesional o laboral. Por
ejemplo, puede calificarse de defensor a un estudiante que organice con
otros estudiantes una campaña para acabar con la tortura en las
cárceles. El habitante de una comunidad rural que coordine una
manifestación para protestar contra la degradación ambiental de las
tierras de cultivo causada por desechos industriales también podría
definirse como tal. El político que denuncia la existencia de corrupción
endémica en el gobierno también es un defensor de los derechos humanos
ya que con su acción promueve y protege el buen gobierno y determinados
derechos que dicha corrupción amenaza. Los testigos en juicios contra
autores de violaciones de derechos humanos, y los testigos que
proporcionan información a los órganos internacionales de derechos
humanos o a tribunales nacionales para ayudarles a juzgar las
violaciones, también se consideran defensores de los derechos humanos en
el contexto de esas acciones.
En todas las regiones del mundo hay personas
que luchan para lograr el pleno disfrute de los derechos humanos, de
acuerdo con sus circunstancias y a su propio modo. Los nombres de
algunos defensores son internacionalmente conocidos, pero la mayoría de
ellos permanecen en el anonimato. Sea un individuo que trabaja en la
administración local, un policía que hace cumplir la ley o un
presentador que en la realización de su trabajo denuncia injusticias,
todos ellos pueden contribuir al respeto de los derechos humanos. Lo
importante es considerar cómo actúan esas personas en apoyo de los
derechos humanos y, en algunos casos, determinar si se realiza un
“esfuerzo especial”.
Desde luego es imposible catalogar la enorme
variedad de contextos en que actúan los defensores. Sin embargo, la
mayoría de ellos comparte el compromiso de ayudar a los demás, un
compromiso para con las normas internacionales de derechos humanos, una
creencia en la igualdad y la no discriminación, una fuerte determinación
y, en algunos casos, un enorme valor.
C. ¿Hay requisitos mínimos para ser un defensor de los derechos humanos?
No hay ningún “requisito” especial, y en la
Declaración sobre los defensores de los derechos humanos se indica
claramente, como se expuso más arriba, que todos podemos serlo si nos lo
proponemos. No obstante, el “nivel” requerido a un defensor de los
derechos humanos es una cuestión compleja, y en la Declaración se indica
claramente que los defensores tienen tanto responsabilidades como
derechos. En el presente Folleto informativo se hace hincapié en las
tres cuestiones fundamentales siguientes:
Aceptación del carácter universal de los derechos humanos
Los defensores de los derechos humanos deben
reconocer el carácter universal de los derechos humanos, conforme se
proclama en la Declaración Universal de Derechos Humanos3.
No pueden negarse a unas personas algunos derechos humanos y pretender
al mismo tiempo ser un defensor de éstos porque los reconoce a otras.
Por ejemplo, sería inaceptable defender los derechos humanos de los
hombres pero negar los mismos derechos a las mujeres.
¿Es importante quién tiene razón y quién está equivocado?
Una segunda cuestión importante se refiere a
la validez de los argumentos. No es imprescindible que los argumentos
presentados sean correctos para ser un auténtico defensor. Lo más
importante es si la persona defiende o no un derecho humano. Por
ejemplo, un grupo de personas puede defender el derecho de una comunidad
rural a la propiedad de la tierra en la que ha vivido y que ha
cultivado durante varias generaciones; puede organizar protestas contra
los intereses económicos privados que reclaman la propiedad de toda la
tierra de la zona; y puede o no tener razón con respecto a quién es el
propietario de la tierra. Sin embargo, el hecho de que legalmente esté o
no en lo cierto no influye en la determinación e si son verdaderos
defensores de los derechos humanos. Lo fundamental es si sus
preocupaciones entran o no dentro de este ámbito.
Se trata de una cuestión muy importante
porque, en muchos países, el Estado, o incluso la opinión pública,
pueden considerar a los defensores de los derechos humanos equivocados
por ver sólo una cara de la moneda. Por tanto, se les dice que no son
“verdaderos” defensores. Asimismo, las autoridades estatales a menudo
definen a las personas que actúan en defensa de los derechos de los
presos políticos o de personas pertenecientes a grupos armados de la
oposición como partidarios de esos partidos o grupos simplemente porque
defienden sus derechos. Esta posición no es correcta. Debe definirse y
aceptarse a los defensores de los derechos humanos por los derechos que
defienden y por su propio derecho a hacerlo.
Acción pacífica
Por último, las acciones que se realicen deben
ser pacíficas, con arreglo a lo establecido en la Declaración sobre los
defensores de los derechos humanos.
____________________________
1/
Se ha extendido el empleo de la expresión “defensor de los derechos
humanos” a raíz de la aprobación de la Declaración sobre los defensores
de los derechos humanos en 1998. Hasta entonces, términos como el de
“activista”, “profesional”, “agente” o “supervisor” de los derechos
humanos habían sido los más comunes. Se considera que la expresión
“defensor de los derechos humanos” es más pertinente y útil.
2/
Para más información sobre los mecanismos internacionales de derechos
humanos, véanse los Folletos informativos Nos. 10 (Rev.1), 15, 16
(Rev.1), 17 y 27.
3/
Aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su
resolución 217 A (III), de 10 de diciembre de 1948. Véase el Folleto
informativo Nº 2, Carta Internacional de Derechos Humanos (Rev.1).